Gacha y su finca La chihuahua

LOS FAMILIARES

Una succión de nefastos hechos que no podía engendrar sino espantosas consecuencias venia en proceso de fermentación en el interior de la cárcel nacional modelo de Bogota con motivo de la permanencia de Freddy Rodríguez Celades en sus dependencias. De un ángulo los apoderados de la defensa del incriminado por porte ilegal de armas forcejeaban con los organismos de la rama jurisdiccional y sus representantes para obtener su libertad lo cual resultaba la mas normal dentro del establecimiento y de no haberse identificado otras ramificaciones dentro el asunto. Una vendetta den proporciones alarmantes era un objeto de preparación entre pandillas relacionadas con el trafico de esmeraldas dentro de las fronteras colombianas, y de estas hacia el exterior, revanchas en que con mayor claridad podía entenderse a Rodríguez Celades como objeto del patético sangriamiento de sus promotores. Se encontró, en secuencia, que por todos los conceptos, la boleta de libertad para Freddy Rodríguez Celades, lejos de representar cualquier factor negativo, resultaba lo más conveniente que pudiera suceder en la encrucijada. Uno de los ángulos del trípode se hallaba integrado por el abortamiento de la tenebrosa conjura cuyos preparativos alcanzaban, pase a todo, en lo instintos de la prisión con un flujo de dinero ante el cual, como autentica avalancha, pocos recursos de índole moral podía interponerse, toda la vez que al penal ingresaron caudales calculados por los mas escépticos en doscientos millones de pesos, monto destinado al alternar conciencias con la finalidad de que estallara el monumental motín. Si el gobierno hubiera pretermitido términos diáfanos y sin ningún tipo de escrúpulos hubiera abandonado su ortodoxa línea de guardar la autonomía de la roma ejecutiva del poder político respecto de la jurisdiccional y, en estas condiciones hubiera inducido la libertad de Freddy, su actitud, como su conducta hubiera resultado apenas comprensible.